La relación de pareja es una aventura que hay que vivir día a día, cultivando la relación como si de una planta se tratase, nunca dando nada por sentado y buscando crecer cada día en conocimiento y entrega mutua. Sin embargo, esta no es la realidad de muchas parejas que viven enzarzadas en una relación tóxica que hace sufrir a sus componentes.
El término “pareja tóxica” o “relación tóxica” es más que conocido, y todos sabemos intuitivamente por dónde van los tiros de lo que es o no es una relación tóxica. Sin embargo, siguen habiendo muchas lagunas en cuanto a ello. En este post voy a describir las características que, según la doctora Goldberg, pueden estar indicando con mucha posibilidad que una relación está siendo tóxica.
– La relación es tormentosa; produce más sufrimiento que felicidad.
– Hay siempre, en ambos integrantes, un sentimiento de inquietud y zozobra.
– Una relación tóxica absorbe casi la totalidad de las energías de sus integrantes, por lo que es difícil que cada uno sea exitoso en otros campos de su vida, como la profesión, el trabajo, el deporte o lo que sea.
– Las reacciones de sus integrantes son siempre desmesuradas: una palabra fuera de lugar, la intervención de un compañero de trabajo, una invitación a una fiesta, un elogio que reciba alguno de los dos puede dar lugar a una verdadera hecatombe.
– Los sentimientos siempre están planteados de una manera extrema: celos desproporcionados, deseo de posesión insoportable, sufrimiento excesivo por actitudes sin importancia.
– Las peles y enfrentamientos son continuos, y siempre parece que la relación está por terminar, aunque continúa.
– Cada integrante de una relación tóxica se convierte en muchas ocasiones en una suerte de inspector de las conductas del otro, porque tiene un control excesivo.
– La desconfianza es permanente; cualquier motivo es bueno para que se instale la sospecha respecto de las intenciones el otro.
– El mundo exterior a la pareja es vivido como una amenaza para la relación.
– Cada integrante está convencido de que no puede vivir sin el otro, aunque lo cierto es que tampoco puede vivir con él.
– Los celos excesivos están a la orden del día.
Una relación tóxica se puede revertir dándole una impronta positiva y convirtiéndola en una relación creativa. Pero el primer paso es tomar consciencia de la realidad, de ahí el objetivo de este artículo. El segundo paso es que los dos estén dispuestos a luchar por mejorar la relación. Ahora bien, muchas veces, si uno de los dos toma consciencia y empieza a implementar cambios en una dirección positiva, hay posibilidades de que el otro empiece a reaccionar en buena dirección, mucho más que si el que ha empezado a ser consciente se dedica a quejarse de lo mal que va la relación y de “debemos de hacer algo” y lo repite una y otra vez a pesar de que la pareja no quiera aceptarlo.
¿Qué opinas del artículo?, ¿añadirías alguna característica más a la lista?, ¿tienes alguna experiencia que conoces y crees que enriquecería el tema? Será un placer leer tus comentarios.
Un saludo.
Jonathan Secanella
Coach y formador.
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