[frame_left][/frame_left]En este post voy a seguir con la relación de mitos en torno a la relación de pareja los cuales están relacionados con la tendencia del ser humano a buscar la solución de a los problemas fuera de uno mismo. Si quieres, puedes leer “10 mitos sobre la pareja (I Parte)” para tener la visión completa del tema.
6. El matrimonio o la relación de pareja es una constante, no cambia. Los que creen en este mito tienen la tendencia a pensar que cuando se conozcan lo suficiente y hayan limado sus asperezas ya estará todo hecho, podrán “echarse a dormir”. La realidad es que la pareja es una relación en constante cambio. Hay que asumirlo y vacunarse con una buena dosis de flexibilidad. Aquellos que permanecen en el sueño de la inmutabilidad antes o después sufrirán un brusco despertar.
7. El amor es un sentimiento. Este mito se considera uno de los más destructivos. El amor es un sentimiento pero también un acto de voluntad. El amor maduro tiene que ver con un proceso que se va forjando con los años. De hecho, esa primera etapa del amor romántico que tanto se suele exaltar suele ir conectada con una dimensión egoísta muy peculiar. Hablamos de lo bien que estamos con la otra persona, de lo plenos que nos hace estar, de lo agradable que es su cariño o sentirse deseado por el otro etc. Si somos sinceros, en esa etapa estamos más enamorados del sentimiento del amor (de lo agradable que es esa experiencia) que de la otra persona. El enamoramiento es verse a uno mismo idealizado en a través de los ojos del otro. Por otra parte, el amor maduro es el que no espera que los sentimientos le empujen a mostrar los gestos típicos del amor hacia la otra persona sino que, independientemente de la situación emocional del momento o la etapa de la vida, decide con su voluntad expresarse como tal.
8. Mi alma gemela está en algún lugar. Este mito está ligado al anterior en el sentido de que suele ser una extensión cognitiva del proceso emocional del desenamoramiento. Es un modo de refugiarse en una solución externa, en este caso bajo la ilusión de que en algún lugar existirá esa media naranja ideal para uno, su príncipe o princesa azul. Se dicen argumentos como: «No hace falta luchar por la relación, intentar ver qué está en la mano de uno para cambiar. Simplemente es que ésta no era la persona”.
9. Mi relación de pareja siempre gozará de buena salud si es cómo (o diferente de) la relación de mis padres. La realidad es que, nos guste más o menos, todos, todos, acabamos repitiendo algunos patrones de nuestras familias de origen. La clave está en intentar aprender de aquello que consideramos positivo y desaprender las pautas negativas pero no fundamentar nuestra ilusión de “éxito” en ser completamente diferentes a nuestros padres (pues no lo conseguiremos) o en tener una relación muy parecida a la de ellos (porque nuestra pareja también vendrá con su propio bagaje familiar).
10. Sólo un gran cambio puede transformar mi relación de pareja. Este mito suele aparecer cuando la relación se encuentra estancada o con una acumulación de conflictos. En esos casos aparece la creencia de que sólo si se produce ese gran cambio podremos salir a flote. Esto conlleva mucha frustración porque todos los grandes cambios son la acumulación de muchos pequeños que estén pensados y encaminados en la dirección del grande. En el ámbito del coaching hablamos de tres preguntas que pueden revolucionar las vidas: 1) Si me levantara por la mañana y mi relación de pareja fuera como deseo, ¿qué habría pasado? 2) ¿Qué estaría haciendo yo distinto para que ese cambio de hubiera producido? 3) ¿Cuál es el primer pequeño paso que puedo dar en esa dirección en este momento?
Aquí acaba elpack de dos post sobre los mitos en la relación de pareja. ¿Consideras que hay otro/s mitos que deberíamos añadir a la lista?, ¿nos los compartes? O quizás quieras compartirnos alguna experiencia personal en relación a estos mitos. Estaremos encantados de leerte.
Un saludo.
Jonathan Secanella
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