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Martin Seligman, el padre de la psicología positiva, se ha dedicado durante años a realizar un estudio científico sobre lo que él ha denominado las fortalezas de carácter del ser humano. Estas fortalezas son 24, las cuales son claves para desarrollarse como persona, ser feliz y tener éxito en la vida. Entre estas están algunas como el humor, la prudencia, la perseverancia, el trabajo en equipo o la capacidad de aprendizaje, entre otras.
Sin embargo, en sus estudios ha descubierto que de estas 24 hay cinco que correlacionan con mucha claridad con la felicidad. O sea, aquellas personas que tienen estas fortalezas muy desarrolladas suelen ser personas felices. Estas fortalezas son: la gratitud, el optimismo, el entusiasmo, la curiosidad y la capacidad de dar y recibir amor.
Lo interesante de las fortalezas es que se pueden desarrollar si uno se esfuerza en ello. Pero ¿cómo podemos hacerlo? Te voy a hablar un poco de cada una de ellas dándote también un consejo práctico que te ayudará a mejorar en esa fortaleza.
1. GRATITUD. Es la capacidad de vivir la vida con una actitud de agradecimiento por todo lo que te pasa, gratitud hacia la vida, las personas que te rodean o Dios, si eres creyente. La persona agradecida tiene la capacidad natural de encontrar motivos por los que sentirse así lo que le hace enfocarse en los aspectos más hermosos de su vida. “Diario de gratitud”. Este consiste en escribir cada día diez motivos concretos de gratitud sobre el día transcurrido, cosas que te han sucedido por las cuales te sientes agradecido.
2. OPTIMISMO. El optimismo es una actitud vital que te permite vivir enfocado en lo positivo. Tiene que ver con la capacidad de encontrar ese aspecto enriquecedor que tiene cada circunstancia de la vida así como la disposición para pasar página y seguir adelante ante las adversidades. Para mejorar en la fortaleza del optimismo debes practicar el enfocarte en lo positivo en cada circunstancia. En este artículo tienes una serie de consejos que te ayudarán a ello: Focalizar los pensamientos: la herramienta más potente para gestionar tus emociones.
3. ENTUSIASMO. La pasión por la vida en general y por la lucha por las metas personales en particular es el motor de la vida, es uno de los elementos más claramente predictores de una vida plena. El paso de los años, unido a una serie de frustraciones por las metas no conseguidas, pueden acabar apagando ese fuego que teníamos cuando éramos más jóvenes. ¿Cómo puedes activar la pasión en tu vida? Párate y reflexiona sobre tus objetivos de vida, cuáles has conseguido y cuáles no, ¿hay alguno que podrías retomar e intentar conseguir? ¿Tienes algún hobbie que retomar?, ¿alguna relación? Y luego, decide actuar en alguna de esas direcciones. Aquí tienes una serie de cuatro artículos que te ayudarán a trabajar tus metas personales y profesionales de forma eficaz: Cómo plantear metas eficaces I, II, III, IV.
4. CURIOSIDAD. ¿Tu vida se ha vuelto monótona?, ¿tienes la sensación de que siempre haces lo mismo?, por cierto, ¿sabías que la monotonía es uno de los factores predictores del estrés en el ámbito profesional? Seguramente, lo que ha ocurrido es que has perdido la capacidad de sorprenderte, de ser curioso, de indagar y probar cosas nuevas. No deberías tardar en esforzarte en recuperar esta fortaleza que tenías tan desarrollada cuando eras un niño o niña. Para ello ponte la meta de anotar cada día al llegar a casa tres cosas nuevas de las que has sido consciente. Desde un conocimiento de algo que has leído en internet hasta el número de casas con parte de la fachada roja que has encontrado de camino a tu trabajo.
5. CAPACIDAD DE DAR Y RECIBIR AMOR. El amar y sentirnos amados es una necesidad vital del ser humano directamente ligada a la felicidad. Al mismo tiempo, además de una necesidad es también una capacidad. Sin embargo, se da la posibilidad de que, aunque sigamos manteniendo la necesidad, nuestra capacidad se haya atrofiado. Esto es una paradoja que se da en el ser humano y que está muy ligada al tema de la autoestima. Lo más importante en relación a la capacidad de ser afectivo es ponerla en práctica de forma continua. ¿Cómo consideras que se sienten de atendidas afectivamente por ti las personas que te rodean?, ¿podrías hacer algo para mejorarlo?, ¿qué y cuándo lo vas a hacer?
Consejos para mejorar estas cinco fortalezas de carácter hay muchos, pero de momento si te animas a poner en práctica uno por cada una es un buen comienzo en tu camino hacia ser más feliz cada día. Aún así, ¿qué otros consejos añadirías y qué sueles poner en práctica?
Un saludo.
Jonathan Secanella
Qué interesante el post Jonathan. Yo creo que añadiría la fortaleza de poseer una mente abierta, sin prejuicios. Es una práctica complicada, pues a veces los medios de comunicación, la poca formación en crecimiento personal y los valores que imperan en la sociedad actual nos condicionan demasiado, de ahí que sea un ejercicio que todos debemos poner en práctica.
¿qué piensas?
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Hola Gema,
La verdad es que sí, tener una mente abierta considero que es fundamental. No está entre las 24 fortalezas de Seligman, entiendo que porque tener una mente abierta sería una especie de combinación de varias (quizá, un poco de capacidad de aprendizaje, con capacidad para tomar perspectiva, incluso autocontrol o curiosidad). Ya sabes que todo esto de la psicología siempre está bajo el paraguas subjetivo el lenguaje. Pero, en definitiva, lo que tú dices lo considero una fortaleza, desde luego.
Y si es una fortaleza, desde luego que está ligada, en mayor o menor medida, con el ser feliz. Ahora bien, también creo que posiblemente no tan directamente como esas cinco. Si una persona tiene una mente muy abierta pero tiene muy poco de optimista, agradecida o con capacidad de dar y recibir afecto, por ejemplo, quizá esa apertura mental no le sirva más que para aumentar su lucidez e indirectamente su sufrimiento (no se si me explico, pero a veces la capacidad de ser lúcido y ver más allá del «borreguismo social» en el que vivimos te lleva a sufrir más). Sin embargo, si eres una persona lúcida, de mente abierta, y también optimista, agradecida y demás, posiblemente te ayudará a ser más feliz.. Y si me apuras, no sólo ser más feliz sino a tener la capacidad de hacer feliz a otros. Lo digo porque fortalezas como el optimismo, cuando las expresan personas que son optimistas pero porque «no se enteran del rollo», no suelen ser de mucha ayuda para los demás, sin embargo, las personas conscientes de la realidad, lúcidas, con una mente abierta y que no se dejan manipular, si manifiestan optimismo en medio de esa lucidez, se convierte en un optimismo que contagia a otros. Son las personas que dejan verdadera huella en su entorno. 🙂
Al final me he enrollado, como suele ser típico en mí ;). Espero haberte contestado, Gema.
Gracias por tu comentario.
Un saludo.
Jonathan
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